Descubre los cinco beneficios del juego

Descubre los cinco beneficios del juego

Pero antes quiero preguntarte algo:

¿Cuántas veces al día te sorprendes de lo incansables que son tus hijos?

¿Te has preguntado muchas veces por qué nunca se cansan de jugar?

¿Cuántas horas son capaces de pasar jugando tus hijos?

La respuesta a las tres preguntas estoy segura de que es la misma…MUCHAS.

Jugar contiene una paradoja. Se trata de una actividad aparentemente improductiva que nos vuelve más productivos.

Pero lo más importante es que jugar aporta la estimulación que necesita el cerebro para crecer y aprender más rápido. Y esto, como te puedes imaginar, es de vital importancia para el desarrollo de tus hijos.

En este post quiero contarte un poquito más sobre los beneficios de jugar:

1-. El juego permite la expresión corporal y del movimiento

El primer medio de comunicación que tenemos desde bebés es el contacto físico con mamá y papá. Es a través del roce de la piel, de las caricias y los abrazos que comenzamos a expresarnos. Todos estos sentidos influyen en la manera en que tú y tu hijo percibís el mundo.

Conforme tu hijo crece, el gateo le permite explorar su entorno. De ahí que el cuerpo se considere nuestro primer agente de aprendizaje y de expresión. De hecho, cuando los niños están en movimiento, ya sea saltando, corriendo o bailando, suelen entran en un estado de relajación que favorece su aprendizaje.

2-. El juego y sus cinco sentidos

El segundo de los beneficios del juego es que todas las personas establecemos contacto con el mundo exterior a través de nuestra atención con nuestros sentidos: ver, oír, tocar, oler y saborear.

Los sentidos influyen en cómo percibes el mundo. La capacidad que tienen tus hijos para identificar qué es lo que sucede en el exterior depende de su capacidad para percibir y de dar un significado a lo percibido. Este significado evolucionará a medida que crezcan.

Esto explica porque en las terapias de juego se utilizan materiales que propician el desarrollo de los sentidos, como arena, pintura de manos, agua y diferentes telas con distintas texturas, entre otros. La finalidad es que el educando aprenda a confiar en sus sentidos y establezca mejor contacto con el mundo exterior.

3-. El juego libera emociones

Al jugar en cualquier juego volcamos nuestras emociones: alegría por hacer una buena jugada; temor porque al rival le funcione mejor su estrategia; coraje, tristeza o frustración por perder jugando, etc. Son sólo algunos ejemplos de cómo, a través del juego, podemos expresarnos y reírnos de manera libre y natural, lo que es muy positivo a nivel emocional.

Por otro lado, para que un aprendizaje sea significativo y duradero lo mejor es que vaya unido a una experiencia emocional. Por lo que aprender algo en un contexto donde el niño se sienta cómodo y contento, hará que lo recuerde con mayor facilidad.

4-. El juego desarrolla la imaginación

Los niños tienen una capacidad increíble para imaginar. Esa imaginación es muy útil al momento de aprender, ya que permite al niño contar con una mayor cantidad de posibles respuestas ante cualquier situación, (recuerda que inteligencia significa elegir entre).

Esto permite que seamos capaces de ver otras realidades y por consiguiente capaces de crearlas y cambiar nuestra realidad. Ayuda a crear y a experimentar situaciones nuevas para aprender de ellas. Nos permite crear nuevas conexiones cognitivas y sinapsis para aprender en nuestra vida diaria sin poner nuestra vida en peligro.

juego y creatividad
juego y creatividad

5-. El juego y la creatividad

El quinto de los beneficios del juego tiene que ver con la mejora en tu creatividad. Es realmente asombrosa la facilidad que tienen los niños para inventar nuevos juegos. Esa creatividad les permite hacer nuevas conexiones neuronales entre ideas, así como relacionar contenidos con experiencias personales y explorar diversas posibilidades de resolver problemas. Por otro lado, la creatividad favorece la autoestima del niño. Inventar su propia manera de resolver un conflicto aumenta su confianza y seguridad.

Jugar es la manera natural que llevamos incorporada de serie para preparar al cuerpo a nivel físico y a nivel actitudinal. De esta manera la persona logra estar abierta a adoptar nuevos comportamientos. Estos comportamientos van a mejorar el compromiso e implicación con la tarea que realiza, es decir, van a motivar a la persona.

Una persona motivada adquiere compromiso y atención con la tarea que tenga que hacer. Si una persona está motivada y comprometida mejora la cantidad y calidad de la ACCIONES que realiza. Y si las acciones mejoran en calidad y cantidad, con compromiso y motivación el resultado mejora.

Como efecto inmediato. Al mejorarse el resultado de nuevo aumenta la motivación, el compromiso, las acciones y los resultados. Esto produce un efecto bola de nieve que va a más.

Ahora entiendes por qué tus hijos son incansables y no pueden parar de jugar, ¿verdad?

Ya conoces los 5 beneficios del juego, así que no tienes excusas. ¿A qué esperas para unirte a ellos?

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