Ríete mucho, y si no tienes ganas, haz como si las tuvieras

Queremos que empieces la semana riéndote 🙂

Reírse ayuda a liberar estrés.

El sentido del humor es un síntoma de buena salud y de equilibrio emocional. 

Las personas que ríen mucho, viven más.

Las personas con sentido del humor son más inteligentes.

Pero lo más importante es que queremos que te rías para ayudar a tus hijos a que disfruten aprendiendo y aprendan más rápido sin olvidar.

Está demostrado que lo que las personas aprenden jugando y riendo se fija en el cerebro un 25% más que lo que aprendes en situación neutral. Un entorno divertido y emocional en el hogar ayuda al cerebro del niño a abrirse y distenderse. Se produce un mayor aporte sanguíneo en la zona del lóbulo prefrontal, que es donde reside la inteligencia ejecutiva. De esta manera aumentan el recuerdo y el aprendizaje significativo.

La inteligencia ejecutiva es la que niños y adultos utilizamos para dirigir bien nuestra conducta, definir metas y objetivos y nos permite hacer un correcto manejo de la información y de la gestión de las emociones. Al reírte llevas sangre al lóbulo prefrontal, es decir a la frente y activas la inteligencia ejecutiva, que contiene tus capacidades más potentes como ser humano.

Además la actitud lúdica, la risa y el humor tienen un efecto tranquilizador y relajante. Es una herramienta esencial para restaurar el equilibrio mental, emocional y corporal, que puedes y debes emplear para romper tus ciclos de estrés.

¿Cómo lo hago?

Ponte en situación. Media mañana de lunes en el trabajo y ya te sientes desbordada. Empiezas a tener serias dudas de que vayas a ser capaz de llegar al viernes sana y salva.

Lo primero que te recomiendo es que te vayas al baño con cara de «todo va bien». Abras el grifo y tomes un buen trago de agua. El simple hecho de beber agua provoca en el cuerpo la desactivación de nuestros mecanismos de ataque-fuga. A continuación, después de asegurarte de que no hay nadie haciendo digno uso de los urinarios, dobla ligeramente las rodillas y comienza a dar pequeños rebotes. Relaja los brazos y la mandíbula. Poco a poco ve aumentando la intensidad de los rebotes y sacude los brazos hacia abajo. Mírate al espejo y sonríe, permítete que salga la «niña» que llevas dentro.

Ponte caras, abre mucho los ojos, hazte muecas y abre mucho la boca como si fueras a gritar en silencio. Mantén los rebotes y la cara de boba durante 2-3 minutos, lo suficiente para permitir que tu circulación sanguínea se active y sientas un cosquilleo en el cuerpo al terminar.

De esta manera habrás conseguido aumentar la liberación de endorfinas y equilibrar tus sistemas nerviosos simpático y parasimpático.

Sí, ya sé lo que estás pensando…que te da vergüenza hacer «el bobo» en el baño de tu curro. Entonces tú eliges; o sigues incrementando tus niveles de estrés a medida que avanza el día o te regalas dos o tres momentitos de juego, risa y movimiento.

La teoría de la descarga emocional  dice que el organismo usa la risa para descargar pequeñas o grandes cantidades de tensión acumuladas en el cerebro, como los temores, el nerviosismo, la agresividad, el aburrimiento, etc. Esto explica porque los niños, cuando se les regaña no pueden reprimir la sonrisa. Lo mismo nos ocurre en la edad adulta cuando se enfada el jefe.

Las personas con buen sentido del humor disfrutan más de la vida

También se sabe que las personas con buen sentido del humor disfrutan más de la vida y demuestran rasgos de inteligencia integral, en el plano cognitivo y en el emocional. En general sus niveles de agresividad son menores y esto les permite tomarse las cosas con menos dramatismo.

Los niños de 7-10 años ríen alrededor de 300 veces al día. Los adultos lo hacen menos de 80 veces diarias. Existen personas que raramente ríen, algunas que no sienten la necesidad de reírse e incluso otras que padecen geliofobia (miedo irracional y fobia hacia la risa).

Recuerda que la risa es como un músculo que también puede entrenarse. Cuantas más veces te rías al cabo del día, más y mejor te reirás. Deja la cara de lechuga pocha en casa antes de salir y regálale una sonrisa al espejo 😉

La semana que viene te contaremos más sobre los beneficios de la risa. Vete entrenando.

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