¿Qué son las caricias emocionales? (Parte I)

Qué son las caricias emocionales, Parte I

Es importante saber cómo acariciar a nuestros hijos para que estén bien alimentados emocionalmente

 

«Toda persona tiene necesidad de ser tocada y reconocida por los demás»,

James

 

Acariciar emocionalmente es el reconocimiento que una persona le da a la otra. Las caricias son esenciales en el desarrollo y en la vida de una persona. Se ha visto que un niño muy pequeño necesita caricias físicas reales para mantenerse vivo.

Eric Berne desarrolló la teoría «Economía de las caricias». En ella nos muestra la importancia y los efectos que producen en el ser humano la abundancia o escasez de signos afectivos o “caricias emocionales”, para crecer y desarrollarse de manera sana.

La vida es un intercambio de estímulos físicos y emocionales a las que Berne llamaba “hambres”. La manera de interpretar el mundo y dar sentido a la vida, se construye no sólo a base de vivencias escolares, económicas, laborales y sociales. Las miradas, gestos, gritos, silencios, caricias, palabras, construyen nuestra vida y nuestra personalidad.

Del mismo modo que el hambre es saciada con comida, para subsanar la necesidad de estimulación es imprescindible, que la persona sea tocada y reconocida por los demás. A la unidad de contacto o reconocimiento Berne la llama “caricia”. Se define como: cualquier acto que implique el reconocimiento de la presencia de otro o dicho de otro modo, cualquier estímulo social dirigido de un ser vivo a otro y que reconoce la existencia de este.

Las caricias y el desarrollo infantil

Cuando estamos en el útero materno estamos recibiendo nuestras primeras caricias en la interacción con nuestra madre, son caricias físicas. En el momento que salimos del útero y nos cortan el cordón umbilical recibimos las primeras caricias de terceros y no siempre tienen porqué ser positivas, aún cuando la intención lo sea (como recibir un cachete para llorar y abrir los pulmones para respirar). En cuanto nos ponen sobre el vientre de nuestra madre volvemos a recibir caricias físicas positivas.

Hoy ya conocemos investigaciones científicas que evidencian que la ausencia de caricias en el más amplio de los sentidos, puede provocar Alexitimia y retraso en el desarrollo del neonato, incluso llevarle a la muerte, a pesar de garantizarle una alimentación e higiene correctas para su supervivencia.

Hay multitud de experimentos que validan la importancia de las caricias (p.e., Bowlby, Spitz), e incluso ha podido comprobarse en pruebas de laboratorio con primates (p.e., Harlow). En los siguientes vídeos podéis ver un resumen de los experimentos realizados:

https://www.youtube.com/watch?v=-0XQ-7m06VU&feature=youtu.be

https://www.youtube.com/watch?v=TM_9c-GZyCM

Esta afirmación tan potente y tan grave debería de hacer que nuestra manera de transmitirle afecto a nuestros niños cambie de manera radical. Porque muchos papás y mamás, debido al trabajo, estrés y a sus múltiples responsabilidades, dejan de lado el poder que dar y recibir caricias tienen para uno mismo, para la pareja y para el desarrollo saludable de tus hijos.

Sabemos que una buena parte de las enfermedades psicológicas, tienen como causa principal la ausencia de amor: depresión, neurosis, ansiedad son generados de alguna forma por esta carencia. Steiner aseguraba que las caricias eran imprescindibles para sobrevivir.

Caricias físicas y caricias psicológicas

A medida que vas creciendo vas recibiendo caricias físicas y emocionales de la gente que te cuida. En la cultura occidental es habitual que cuanto más mayores nos hacemos, obtengamos más caricias emocionales y menos de las físicas. Los adultos podemos sobrevivir con menos caricias físicas a medida que aprendemos a intercambiar caricias verbales. Esto hace que vivamos carentes de caricias físicas y se traduce socialmente en movimientos muy populares como los de “abrazos gratis”, que nos gusté ir al peluquero a que nos laven el pelo y tengamos la excusa de que nos toquen la cabeza o ir al masajista para que nos toquen de forma sana y segregar cuando te acarician dopamina, endorfinas, serotonina en sangre que te hacen sentir bien.

Si tienes hijos mayores de diez años es posible que recuerdes cuando te dijeron que ya no les dieses el beso en la puerta del colegio y que se lo dieses a la puerta de casa o en el coche antes de llegar, sin que sus compañeros les vean. Aunque sea en casa alejado de sus compañeros hace que siga manteniendo los comportamientos naturales de querer recibir su dosis sana de caricias.

El peligro de carecer de las caricias

“Preferimos el dolor a la nada, la bofetada a la ignorancia, la pena al vacío, el desprecio a la indiferencia, el grito a la apatía”

Faulkner

Si existe carencia de caricias físicas o emocionales, tus hijos estarán dispuestos a conseguirlas a cualquier precio, incluso buscando recibir caricias negativas, ante la posibilidad de no recibir ninguna. ¿Qué significa esto? Sí, algo con muy mala pinta, porque pueden ser un blanco fácil para terminar cayendo en relaciones tóxicas o dañinas, en las que soportarán hasta lo inimaginable solo por el hecho de recibir una dosis mínima de cariño.

En el siguiente post te contaremos «Cómo transmitir afecto a tus hijos de manera saludable y positiva»

Si quieres compartir tus reflexiones con nosotros, te invitamos a que dejes un comentario. ¡Muchas gracias!

1 comentario en “¿Qué son las caricias emocionales? (Parte I)”

  1. Definitivamente los test psicométricos nos pueden salvar de una decisión incorrecta.
    Nos ayudan a identificar las habilidades, aptitudes, competencias
    y cualquier aspecto que nos pueda brindar un análisis sobre el
    papel que el candidato jugará en la empresa. Estoy muy agradecida por brindarnos
    esta información, saludos

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