7. Principio pedagógico de la progresividad
¿Te acuerdas del principio pedagógico 4 en el que te contábamos algo tan obvio como que para que nazca un árbol es necesario plantar una semilla?
Pues hoy vamos a ir un paso más atrás. Seguro que sabrás que antes de sembrar la tierra hay que preparar el terreno. Este es un paso muy importante para asegurarnos de que el terreno es fértil y apto para el cultivo.
Si no preparas la tierra antes de echar la semilla puede pasar que todo el esfuerzo que dediques a regar y cuidar esa planta sea en vano. Cuanto más hayamos preparado el terreno más profundas crecerán las raíces de tu planta.
Lo mismo ocurre con los cimientos de una casa. Cuanto más firmes construyas estos cimientos, más firme y segura será tu casa.
Imagino que llegados a este punto te habrás dado cuenta de por dónde voy.
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No puedes empezar la casa por el tejado»
Todo lo que aprendes y enseñas a tus hijos desde que nacen requiere de un proceso. El aprendizaje es secuencial y progresivo. De la misma manera que no puedes empezar una casa por el tejado, también tienes que respetar los tiempos de aprendizaje de tus hijos.
No hay ninguna prisa. Todo en la naturaleza está perfectamente diseñado. Todo requiere sus tiempos de maduración e integración. Tómate tu tiempo para ayudar a tus hijos a que sus raíces crezcan grandes y profundas. Dales tiempo para que integren todos aquellos valores y competencias conductuales que les van a ayudar en un futuro a ser unos adultos seguros, responsables y asertivos.
Tus hijos tienen muchos años por delante para estudiar y memorizar datos. Eso es algo que podrán hacer con mayor o menor facilidad durante sus años de escolarización. Sin embargo, solo durante su infancia, tienes la oportunidad de acompañarles en el desarrollo de su personalidad y de hacerles conocedores de las habilidades emocionales y sociales que les van a llevar a tomar mejores decisiones en la vida y a ser más felices.
Ayuda a tus hijos a preparar el terreno…