El poder de la fuerza de voluntad

Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad. Albert Einstein

No existe nada más potente y efectivo para que una persona consiga cualquier cosa que se proponga en la vida que la fuerza de voluntad.

Una fuerza de voluntad grande suma a cualquier tarea que realices. Pero nuestra impulsividad o las rabietas, en muchas ocasiones, disminuye poco a poco nuestra fuerza de voluntad.

La fuerza de voluntad se puede comparar con el sueldo que cobras a final de mes. Si gastas mucho al principio, te puedes quedar sin dinero para el resto del mes. Y tendrás que esperar al mes siguiente para volver a tener dinero para gastar.

Por eso tienes que saber que la fuerza de voluntad está ligada a la demora de la satisfacción y al autocontrol.

Para entenderlo te voy a contar un experimento que se realizó en la Universidad de Columbia por el doctor en psicología Walter Mischel. El experimento consistía en emular el funcionamiento del cerebro y la lucha que existe entre la impulsividad y la racionalidad.

Para ello puso bandejas con chuches al alcance de un grupo de niños de cuatro a seis años. A continuación les explicó que podrían coger una ahora y comérsela. Pero que si eran capaces de esperar quince minutos recibirían otra de premio.

Solo alrededor del 30% de los niños pudieron retrasar la gratificación y ganar el premio.

Pero el resultado más interesante vino años más tarde. Después de 40 años de seguimiento de los participantes en el experimento, descubrió que había una correlación general entre la capacidad de los niños para controlar sus impulsos durante sus años formativos y su éxito posterior en todas las áreas de la vida, incluida la vida escolar, laboral, social y amorosa.

El experimento mostró la importancia del autocontrol y del refuerzo retardado en el éxito, tanto académico como emocional y social.

Esto confirmaba la hipótesis de que la fuerza de voluntad reside en ciertas partes del cerebro que van madurando a medida que crecemos y poco a poco va tomando el control.

¡Peligro! La fuerza de voluntad se agota

Este otro experimento sirvió para demostrar que nuestra fuerza de voluntad es limitada, como el sueldo a final de mes.

El experimento se realizó con dos grupos de personas en una habitación impregnada con olor a galletas de chocolate recién horneadas.

Una vez en la habitación al primer grupo se le pidió que comiera galletas y al segundo grupo que comiera rábanos. A continuación a ambos grupos, se les hizo una prueba para intentar resolver un problema complejo de un rompecabezas.

Al analizar los resultados se pudo comprobar que las personas que habían comido galletas estuvieron enfrentándose al problema de forma intensa con una duración media de 19 minutos. Sin embargo, los que habían comido rábanos sólo aguantaron de forma intensa un tiempo medio de 8 minutos frente al problema.

Desde el punto de vista de la voluntad, las personas que comieron rábanos emplearon una gran energía y por tanto fuerza de voluntad para resistirse a la tentación de comer galletas. Habían agotado gran parte de su fuerza de voluntad aguantando la tentación de comer galletas. Su fuerza de voluntad estaba más debilitada y por eso se rindieron antes frente al problema complejo del rompecabezas.

Los resultados de este experimento mostraron que todas nuestras acciones mentales consumen la misma “fuente de energía” y que con ello nuestra capacidad de tomar decisiones inteligentes va disminuyendo gradualmente. La fuerza de voluntad es una energía especial que poseemos, pero limitada.

¿Recuerdas el ejemplo de la paga a primeros de mes? Pues es igual, si gastas mucho a principios de mes, te quedas sin dinero para el resto del mes hasta que vuelvas a cobrar.

¡¡Resumiendo!!

Resistirte y aplazar el placer a corto plazo aumenta tu autocontrol y te ayuda a tener en el largo plazo un placer mayor en forma de mejor vida y más felicidad.

Eres capaz de crear a tu alrededor un mundo mucho más a tu medida. Igual que el cuento de los tres cerditos. El cerdito que al principio aplaza el ocio y se dedica trabajar en la casa sólida, es el que, cuando vienen los cambios inesperados, en la vida está más preparado que sus hermanos. Su mundo (casa de ladrillo) es más sólido y consistente.

“Menos es más”

Debido a que la fuerza de voluntad se gasta con cada decisión que tomas, debes invertirla de manera consciente en aquello que realmente te merece la pena. Para ello puedes elegir evitar aquellos momentos y situaciones que gastan tu fuerza de voluntad, para enfocarte en aquello que realmente te importa y deseas. ¡Más decisiones conscientes equivalen a mayor fuerza de voluntad!

Toma las decisiones importantes cuando tengas la mente fresca y estés lleno de energía. Cuando estás agotado es muy sencillo caer en la tentación y que tu impulsividad te lleve a tomar decisiones equivocadas.

Por este motivo es más complicado ponerse a dieta en Navidad. Ante tanto estímulo externo gastamos la fuerza de voluntad muy rápido y al final nos dejamos llevar por nuestros impulsos.

Así que ya sabes, dosifica bien tu fuerza de voluntad y comienza a tomar decisiones importantes de manera consciente. Es la mejor manera de conseguir dos chuches y una casa de ladrillo.

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